miércoles, 24 de abril de 2013

Tenemos Cirugía en Mayo

El lobby del Hospital Shriners estaba tranquilo, sólo estábamos Natacha, Valeria y yo esperando nuestro turno en el mes frío de marzo. En la pared había una pintura larga de unos niños contentos con muletas y en sillas de ruedas avanzando hacia una meta. Los ayudaban unos señores con fez, los sombreros rojos de la masonería que parecen baldes de cabeza. Los sombreros pueden parecer graciosos pero la labor de los masones es extremadamente seria, es la de juntar dinero para el Hospital Shriners para Niños como este de Filadelfia que estábamos visitando por primera vez.

Part of the inspiring painting in the lobby of Shriners Hospital for Children in Philadelphia

Después de llenar formas, fuimos a la sala de espera de los doctores. Nos sentamos frente a una adolescente que tenía ambas piernas prostéticas. También le faltaba el antebrazo izquierdo y el brazo derecho estaba casi completo salvo que sólo tenía dos dedos en la mano. A pesar de todo, era súper veloz texteando; y cuando ella y su mamá se pararon para irse, se abrió la puerta del elevador; la niña corrió hacia él para aguantarlo y le gritaba a la mamá, “¡Dale mamá!” Me alegró mucho ver que era una típica adolescente hiperactiva.

Unos minutos más tarde nos llamaron a la oficina del doctor. Ahí había una cama para pacientes cubierta con papel que Valeria rompió lo más rápido posible. Boté los pedazos y volví a cubrir la cama con papel pero el huracán Valeria fue rápido en volver a hacer destrozos; fue entonces que entró el Dr. Alburger, el cirujano de pies. En sus 60s, con pelo gris y una voz amable, el Dr. Alburger ni se dio cuenta del desorden. “Ella esta fuerte, patea duro”, nos dijo cuando le examinó las piernas. “¿Tienen los rayos X?” preguntó. Le dimos el CD a su asistente quien se fue a bajar las imágenes, también le dimos las radiografías que tomamos en Cuba, a la antigua pero efectivas, él las agarró, las puso contra la caja de luz y nos dijo lo que pensaba hacer.

Nos dijo lo del pie en espejo, cómo iba a operar y en eso agregó, “voy a operar por la parte interna del pie derecho, cosa que la cicatriz no será visible.” Ese comentario me sorprendió porque yo estaba preocupado por que el pie funcione más que por su estética pero el Dr. Alburger fue más allá de eso y se preocupó de todos los ángulos lo cual nos dio una señal de que estábamos en buenas manos.

“Puedo operarla cuando en cualquier momento; hablen con mi asistente para coordinar una fecha”, nos dijo.

“Pero pensé que había que esperar hasta que tuviera el año”, le mencioné.

“Podemos hacerlo en cualquier momento”, respondió.

Cuando salió del cuarto, su asistente nos dijo que Mayo estaba disponible. También dijo, “la cirugía va a tomar de 3 a 4 horas. Se va a quedar una noche con uno de los papás y va a tener yeso por 3 o 4 semanas”.

Estábamos contentos después de conocer al Dr. Alburger y también sorprendidos de lo pronto de la cirugía. El Hospital Shriners había sido genial y todavía nos faltaba conocer al cirujano de manos.

Valeria desconoce el daño que les ha causado a las extraordinarias personas del Hospital Shriners para Niños




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