lunes, 18 de febrero de 2013

Pisando Seguro Ante un Pie en Espejo


La Habana, jueves 31 de enero del 2012

¿Cuáles son los riesgos de la cirugía? Le pregunté al Dr. Salles. “Podría encontrar algún problema con algún nervio o vaso”. Respondió él, despreocupado por la pregunta. “Pero habría sólo un chance de 2 o 3 por ciento de que ocurra eso”.

97%, es el porcentaje que me dio el Dr. Salles en Cuba para corregir los pies y manos de Valeria, mi hija de 6 meses de edad. Me voy de regreso a los EEUU satisfecho con esta opción aunque la búsqueda del doctor perfecto para Valeria debe continuar.

El Dr. Vitale, del New York Presbyterian Hospital fue el primer doctor que vimos cuando nació Valeria y fue bastante honesto. El Dr. Miki del Miami Children Hospital fue la segunda opción y nos complació bastante con su apoyo, su honestidad y la excelente alternativa que nos dio.

El caso de Valeria es extremadamente raro. Su pie izquierdo es un Pie en Espejo; es como si uno pegara la parte interna del pie al espejo y el reflejo también fuera parte del pie; para ella lo es. Por lo que hemos averiguado, sólo hay 28 casos registrados en el mundo y sólo 7 de ellos tratados.

Su pie derecho tiene un dedo gordo extra del cual sale otro dedo más pequeño; como una rama de un árbol con una ramita creciendo de ella. No tiene pulgares en las manos, en vez de eso tiene un dedo índice extra por mano.

Valeria y Natacha en Miami
A pesar de faltarle los pulgares, ella puede aguantar su botella desde los 5 meses, insiste en meterse mi teléfono a la boca y continua jalándole los pelos a la pobre Greta, nuestra perrita maltipoo, que sólo atina a llorar. Esto me convence de que Valeria va a poder hacer todo lo que ella se proponga en la vida.

Ella todavía está sin cabello así que Natacha y yo estamos cruzando los dedos; yo para que saque el mío y Natacha el de ella. Estoy contento con que hasta ahora se parece a mi. “Nunca había visto una bebe que se pareciera tanto al papá”, nos dijo una chica de inmigraciones cuando llegamos al aeropuerto de La Habana. “Debería llamarse ValeGina”, nos dijo una tía de Natacha ya que mi nombre es Gino. De la mamá sacó los penetrantes ojos negros, lo cual vale mucho porque los ojos son muy importantes para definir a una persona, y la naricita de botón.

Es increíble la felicidad que Valeria nos ha traído; ahora depende de nosotros de hacerla a ella lo más feliz posible. Por eso estamos en la tierra de Natacha, Cuba, famosa por su sistema de salubridad, conociendo doctores hasta determinar cuál es el doctor perfecto para Valeria.

Valeria y yo en el Hotel Nacional de La Habana, Cuba

No hay comentarios:

Publicar un comentario