jueves, 24 de abril de 2014

Con mi McLaren Por New York

Es liviano, elegante, un prodigio en tecnología pero no es un auto, es el coche de Valeria.
¿Por qué me encanta? Pesa sólo 8.5 libras y aguanta el golpe, ideal para bajarlo y subirlo por el subway.

Para tomar el tren 3, yo tengo que bajar y subir 2 pisos con el coche y Valeria sentada en él, son otras 20 libras más. Yo lo aprieto con fuerza y samaqueo, si se le sale un tornillo, Valeria corre el peligro de terminar hecha un tamal. Pero después de un año eso no ha pasado—estoy tocando madera.

Tengo también una técnica para las escaleras, apoyo el coche contra mi cadera, es cosa de física porque el peso se siente menos. Esto puede parecer obvio pero hace poco estuve en Miami donde eso de andar por escaleras es tan desconocido como el tráfico agradable y en el parqueo público de la 17 en South Beach, el elevador se había malogrado; un tipo de músculos engrandecidos estaba con un coche y no tenía idea cómo bajar. Inclusive le insinuó a su pareja que agarrara el coche por delante, ella le dio una mirada sorprendida. No sé cómo terminaron porque yo usé mi técnica “subway”.


Quizás llegue algún día a sentarme en un McLaren 650S Spider, con todos sus caballos de fuerza pero por ahora estoy extremadamente contento con el McLaren Volo donde yo soy el caballo de fuerza.  


Miren cómo la modelo sigue dormida mientras es cargada en su McLaren.
#mclarenstroller