viernes, 7 de septiembre de 2018

Andrea, la hermana menor

Andrea tiene 4 años y Valeria ayer cumplió 6. Andrea es una bandida; se resiste a recoger sus juguetes y la deja a la hermana que es más noble que lo haga. Tiene una voz ronca agradable y es avezada, cuando me quiere ofender me dice “you’re not the football boy anymore”. Ella me llama así por mi pasión por el balón pie. 

Es una bailarina de primera; escucha a Shakira y se mueve no con los movimientos de ballet que hace la hermana sino como si estuviera en un club; eso lo sacó a la mamá porque yo soy un palo. También es un encanto para comer, le gusta los dumplings, los wontons con sangre (la salsa tamarindo que así le llamamos), las alas de pollo; ella prueba todo, si no le gusta lo deja pero le da un intento. Una vez, cuando ella estaba de meses, sentada en mis piernas, agarró con la mano el olluco con ají que me preparó mi mamá y se lo metió en la boca; todos nos quedamos espantados esperando el momento que gritara de dolor por el picante; ella ni se inmutó y más bien le gustó.

Las dos hermanas se hacen compañía, la gente nos decía que estábamos locos por tener una niña seguido de la otra pero son uña y mugre, se retuercen el pelo esporádicamente, pero juegan mucho la mayoría del tiempo, incluso ahora que estamos de vacaciones en Guardalavaca, Cuba en nuestro apartamento sin tv ni señal de Internet, no paran de jugar ingeniándoselas. En uno de sus juegos movieron sus ponnies puestos en una caja de cartón de huevos de un lugar al otro. Al ponerlos al piso aplaudían, me preguntaron si sabía por qué, al decirles que no, me explicaron que era el avión que acababa de aterrizar. 

Valeria y Andrea se conectan mucho entre ellas sin Internet
Vacaciones en Cuba sin Internet, lo mejor para las niñas.
Contacta con confianza para vacacionar en Cuba a: NatachaGinocchio@gmail.com

sábado, 30 de mayo de 2015

El Castillo de los Niños en Filadelfia

Valeria en la entrada al castillo "The Kids Castle"

Después de casi tres semanas con yesos en los brazos, por fin Valeria era libre, podía volar. Y saliendo del hospital, el primer lugar que fuimos para que se vacilara fue The Kids Castle en Filadelfia.

Nos tomó 50 minutos llegar desde el Hospital Shriners y está situado en el Central Park del pueblo Doylestown, Pensilvania. El castillo es un playground inmenso, lleno de laberintos, escaleras y resbaladeras. Es tan alto como 2 pisos de una casa y en la parte alta esta coronada con varias torres.
El majestuoso castillo de los niños

Valeria y yo  entramos juntos la primera vez. Yo tenía que inspeccionar de qué se trataba eso. Luego de ver que los laberintos, resbaladeras y escaleras eran seguros dejé que las siguientes veces, ella entrara sola. También evité entrar de nuevo porque me cansé de andar torcido y de darme golpes en la cabeza y en la espalda ya que los techos son bajos; este es un castillo hecho a la altura de los niños, para que ellos reinen, no los adultos.

Tomo poco tiempo para que Valeria se hiciera amiga de los otros niños y luego todos andaban alegres como piratas y princesas corriendo por los pasadizos del castillo.

La pasamos muy bien y Valeria ni recordaba que hacía pocas horas tenía los brazos tiesos por lo yesos. Todos regresamos cansados, me refiero a los adultos porque Valeria y Andrea todavía tenían energía.
Advertencia: Los adultos terminan cansados, los niños felices.



jueves, 24 de abril de 2014

Con mi McLaren Por New York

Es liviano, elegante, un prodigio en tecnología pero no es un auto, es el coche de Valeria.
¿Por qué me encanta? Pesa sólo 8.5 libras y aguanta el golpe, ideal para bajarlo y subirlo por el subway.

Para tomar el tren 3, yo tengo que bajar y subir 2 pisos con el coche y Valeria sentada en él, son otras 20 libras más. Yo lo aprieto con fuerza y samaqueo, si se le sale un tornillo, Valeria corre el peligro de terminar hecha un tamal. Pero después de un año eso no ha pasado—estoy tocando madera.

Tengo también una técnica para las escaleras, apoyo el coche contra mi cadera, es cosa de física porque el peso se siente menos. Esto puede parecer obvio pero hace poco estuve en Miami donde eso de andar por escaleras es tan desconocido como el tráfico agradable y en el parqueo público de la 17 en South Beach, el elevador se había malogrado; un tipo de músculos engrandecidos estaba con un coche y no tenía idea cómo bajar. Inclusive le insinuó a su pareja que agarrara el coche por delante, ella le dio una mirada sorprendida. No sé cómo terminaron porque yo usé mi técnica “subway”.


Quizás llegue algún día a sentarme en un McLaren 650S Spider, con todos sus caballos de fuerza pero por ahora estoy extremadamente contento con el McLaren Volo donde yo soy el caballo de fuerza.  


Miren cómo la modelo sigue dormida mientras es cargada en su McLaren.
#mclarenstroller

miércoles, 12 de marzo de 2014

Construyendo Pulgares

Han pasado 8 días desde la cirugía de manos de Valeria y me imagino cómo las pulsaciones de dolor le deben haber bajado, el morado de la piel desvanecido y los tejidos empezado a unirse. Cada día es una mejora y pronto, en 3 semanas cuando le quiten los yesos, veremos los resultados de la operación de construcción de pulgares.

Los doctores Kozin y Zlotolow del Shriners Hospital for Children en Fildadelfia estaban contentos al final de la cirugía, “tenemos fotos del antes y después,” me dijeron quizás ansiosos de mostrármelas pero preferí esperar; ellos pueden ver el arte en el trabajo que hicieron y estoy seguro que Da Vinci estaría impresionado, pero yo iba a ver sólo puntos, coágulos y cortes.

Después de todo la creación de pulgares fue complicada, tuvieron que utilizar los dedos índices de Valeria (ella tenía un dedo índice extra por mano) separándolos de los otros 4 dedos, formar un arco, girarlos en ángulo y dejarlos con 2 huesos; los pulgares están compuestos de 2 huesos a diferencia de los otros dedos que tienen 3.

Valeria anda de buen humor, ni idea tiene de que le van a quitar los yesos los cuales van desde el hombro hasta la punta de los dedos, por lo tanto se ha adaptado a ellos; ella carga sus peluches de un lado a otro y gracias a que le dejaron libre la punta de los dedos, opera el iPad con facilidad.

Para dormir sí tiene problemas porque después de todo quien puede dormir enyesado, pero sólo faltan 20 noches para regresar a Filadelfia y conocer finalmente sus obras de arte.
El momento que me dieron a Valeria después de la cirugía.




martes, 18 de febrero de 2014

Hipnotizando y Enseñando

Tengo dos metas, una a corto plazo y otra a muy largo plazo. La de a corto plazo, o sea que pase en este instante, es que Valeria se quede quieta y la de a largo plazo es que aprenda español. Quién iba a decir que la solución de ambas metas estaba en un show llamado Canta Juegos.
Mientras visitábamos a la familia en España,
Valeria se entretenía viendo Canta Juegos.

Canta Juegos es un programa español para niños y tienen un buen sistema didáctico porque con una canción tras otra, enseñan cuáles son las partes del cuerpo, los nombres de los animales, a contar, etc. Es un excelente programa para los que vivimos en Estados Unidos ya que nuestros hijos aprenden bastante español antes de entrar a los colegios donde todo va a ser en inglés.

Valeria al poco tiempo de ver Canta Juegos y con apenas poder hablar, ya decía, "iz" o "nariz', "pe" o "pie" y "puca" o "boca".

La otra magia de Canta Juegos es su poder de hipnotización, una hora con Valeria quieta es una tremenda hora, yo puedo aventurarme a hacer cosas exóticas como cabecear una siesta o jugar fútbol en el XBox—mi equipo es el Manchester United.

Vayan a Youtube y ahí van a encontrar muchos vídeos. Prepárense, van a tener un tiempo para ustedes mientras los chicos aprenden español.

En Gijón, España. Es bueno ver vídeos y aprender pero también hay que pasear.


domingo, 9 de febrero de 2014

A Jugar al Brooklyn Children's Museum



Tenía dos opciones, pasar el domingo en cama o levantarme e ir con Valeria al Brooklyn Children's Museum. Estoy contento que opté por salir de casa y pasar un buen rato en el museo.

Llegamos un poco después de las 10 con la esperanza de ser de los primeros a la hora de abrir. Supongo que muchos padres pensaron lo mismo porque ya había un buen grupo de gente.

Me encanta ir a la sección de niños menores de 18 meses; la gente lo respeta, cuando los niños grandes entran con los ojos saliéndose por agarrar los cubos de colores, los papás son bastantes responsables y les dicen a sus hijos que salgan porque son áreas de bebés.

Ahí nos pasamos cerca de dos horas, Valeria mueve los cubos de un lado a otro, abraza los peluches y juega con la casita de bolitas y puertas.

"¿Qué es este juguete nuevo?"

Uno de los padres comenta, “es increíble la energía que queman aca”. Y es verdad, Valeria tiene sus juguetes en casa y diría yo bastantes, pero esto es todo nuevo y con más espacio.
"Tengo mucho trabajo"

Nuestra siguiente área de visita fue donde los bloques de construcción, aquí van los niños más grandes y donde Valeria ya tiene que empezar a ir, admito que me tengo que llenar de valor y soltarla ahí, si por mi fuera la llevaría en una burbuja para que ningún niño la toque, nadie le quite lo suyo. Pero esto de ser papá nuevamente después de 14 años, me tiene que reentrenar a ser paciente.

La paciencia dio resultados y Valeria la pasó bien construyendo torres.

Por último fuimos a los juegos de agua, yo estaba más entusiasmado que ella, los niños lo disfrutaban mucho pero Valeria ya estaba cansada para entonces así que nos fuimos a casa.
     
"Papá, yo sé que te gusta el agua, pero quiero descansar"

Al llegar la senté en su silla para darle de comer pero al instante se quedó dormida. Ella había quemado energías y sin darme cuenta, yo también, ahora los dos a descansar.

jueves, 7 de noviembre de 2013

De la Gran Manzana a Recoger Manzanas


Ya era demasiado tarde cuando me enteré que ese día era el clásico del Real Madrid contra el Barcelona, ya había alquilado el auto y dudaba mucho que Natacha aceptara quedarnos sin oposición alguna. Así que proseguimos con el plan; puse a Valeria en su car seat y nos fuimos a recoger manzanas al campo.

La experiencia es agradable desde que sales de New York, el tráfico se vuelve menos pesado y comienzas a ver verde alrededor.

Toma cerca de dos horas llegar al pueblo de Marlboro en la parte norte del estado de New York. Nosotros íbamos por primera vez a un lugar llamado Weed Orchards y nos gustó bastante. A la entrada hay un granero donde venden curiosidades y dulces del campo. Luego hay una cerca con chivos y un gallo, Valeria se pegó de eso. Al lado hay una casita donde venden cinammon donuts que están espectaculares.

Valeria quería quedarse con los chivos.


Un amigo las compró y nos ofreció, yo pensé, “ok, voy a aceptar sólo una porque tengo que cuidar la panza”.  Metí la mano en la bolsa blanca de papel y quise agarrar la donut con la misma presión de siempre pero la donut se deshizo; estaba tan recién hecha que se hacía pedazos apenas la tocaba y además de eso, calientita. Agarré unos cuantos pedazos y los probé; la panza tuvo que esperar, tenía que comer más donuts.

Aparte de la buena comida, Weeds Orchard también tiene un playground bastante divertido para los chicos con un tren, un tractor y un pueblito del oeste, todos hechos en madera.

Luego fuimos a recoger manzanas, o mejor dicho, a que yo recoja manzana; Natacha y Valeria las recibían y comían. Sólo agarramos las manzanas Jonasgold; recomendadas para comer y hornear. Lo primero que me atrajo de esta manzana fue su color rojo vibrante y luego me sorprendió tanto la firmeza de su crujir al morderlas como la dulzura de su jugo.
Nótese las manzanas rojas a la izquierda de Valeria.

Weed Orchars tiene una vista impresionante y relajante, se veía montañas por todos lados además los árboles estaban cambiando de color por estar en otoño así que había hojas desde amarillas hasta rojizas.
La pasamos tan bien que fuimos unos de los últimos en irnos antes de que cerraran. Proseguimos a manejar las dos horas de vuelta a Brooklyn pero teníamos una cosa clavada en la mente, ¿por qué diablos no compramos donuts para el camino?