lunes, 8 de julio de 2013

Magia Africana


Natacha y Valeria estaban jugando en el área para bebes del Brooklyn Public Library. Era en pleno invierno antes que Valeria tuviera la cirugía de los pies. Dentro del edificio, que tiene una entrada inmensa e impactante inspirada en la arquitectura del antiguo Egipto, una niñera se le acercó. Era una señora mayor con un fuerte acento africano. Estaba muy entusiasmada al ver que las manos de Valeria eran diferentes.

“¿Sus pies también son así?” le preguntó la mujer a Natacha muy animada.

“Sí y va a tener sus cirugías muy pronto”, le respondió Natacha.

“Ella no necesita cirugía; ella tiene cirugía porque tú quieres que la tenga”, dijo la mujer poniéndose molesta.

“Ella es una bebé bendecida”, agregó la mujer. “En África, los bebes que nacen con dedos extras son admirados porque llegan a ser personas grandes y fuertes; están destinadas a controlar sus destinos”.

Me pareció extremadamente raro que alguien cuestionara si había que operar a Valeria. Las creencias de la mujer iban contra del sentido común en general. Era una posibilidad que nunca a nadie se me hubiese imaginado.

Aún así, uno debe ser pragmático y analizar qué es lo mejor al largo tiempo. En cuanto a sus pies, a pesar de que Valeria se paraba de lo más bien, ellos eran diferentes uno del otro e iban a causar que Valeria caminara disparejamente afectando su cadera; una pierna iba a poner una presión diferente que la otra. Eso puede pasar desapercibido por un periodo corto pero después de 30 años, eso la iba a afectar.

En cuanto a sus manos, a pesar de que ella puede sostener cosas sin dificultad, ella va a poder tener un mayor ángulo para agarrar objetos.

La conversación con la mujer hubiese pasado al olvido sino fuese porque Valeria nunca se había enfermado antes de la cirugía. Ella tenía nueve meses cuando la operaron y para entonces yo desconocía lo que era verla mal. Me sentía con la mayor suerte del mundo porque mi primer hijo, Gianluca, que ahora tiene 14 años, se había enfermado varía veces para entonces y era lo normal.

Un par de meses después de la cirugía, a Valeria le ha dado el resfrío dos veces e infección al oído una vez. Yo sé que necesita enfermarse para que su sistema inmunológico se prepare para protegerse de todos los gérmenes del ambiente pero todavía estoy algo sorprendido de que antes ella nunca se había enfermado. Sólo espero que al remover lo que la hizo especial no haya removido alguna magia que le daba alguna protección especial.

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